/ septiembre 18, 2017/ Lecturas

¿Qué es flotar?

Cuando se flota en una tina repleta de agua y sales EPSOM, a la misma temperatura del cuerpo, se llega a una completa relajación física y mental, ya que se flota sin ningún esfuerzo y con una sensación de total ingravidez. Debido a la alta densidad del agua es imposible hundirse y tan pronto como el cuerpo registra tal circunstancia, los músculos empiezan a relajarse y la tensión desaparece. La cabina OCEAN está diseñada para aislar la mente y el cuerpo de los estímulos sensoriales externos con los que somos bombardeados en nuestra vida diaria. Con la flotación se logra eliminar hasta en un 90% las señales enviadas del sistema nervioso al cerebro, generando un estado profundo de relajación. La privación sensorial que se experimenta en esta cabina de flotación, desencadena la llamada “respuesta parasimpática”, que favorece el mecanismo natural del cuerpo para regenerarse y solamente sucede cuando estamos en un estado de completa relajación. Flotar es el método más eficaz, fácil y rápido de obtener esta reacción y de disfrutar de una relajación que se extiende a todos los niveles del cuerpo.

 

¿De dónde viene la terapia de flotación?

A principio de los años 50, los especialistas en neurofisiología creían que si se privaba al cerebro de la casi totalidad de estímulos físicos, éste se adormecía. Por esa época, el doctor John C. Lilly, neurofisiólogo psicoanalista, se propuso investigar sobre dicha hipótesis cuando trabajaba por encargo de la armada en el National Institute of Mental Health de Bethesda (Maryland, Estados Unidos). Aunque los experimentos sobre el aislamiento sensorial son algo anteriores, Lilly, en colaboración con el Dr. Jay Shurley, se las ingenió para hacerlas fácilmente viables. Lilly intuyó, que precisamente en el agua se podrían dar las mejores condiciones. Así que preparó adecuadamente una cámara de la Marina. En ellas, el sujeto estaba provisto de una máscara que le envolvía la cabeza y se contaba además con otros elementos, como una especie de flotadores para lograr una posición lo más relajada posible. No del todo contento con la fuerza de sustentación del agua dulce, la cambió por agua salada y la mantuvo a una temperatura de 34,2 ºC para evitar sensaciones de calor o frío. Todas las pruebas dieron excelentes resultados – acababa de nacer la cámara horizontal de aislamiento sensorial. Con la experiencia de la flotación, Lilly pretendía descargar al cerebro de la tarea que le supone tener que calcular continuamente la posición del centro de gravedad del cuerpo para ejecutar un sinfín de complejas operaciones físicas sin perder la estabilidad. En este tanque de flotación, logró eliminar las sensaciones provenientes del entorno y consiguió mantener la temperatura del agua al mismo nivel que la del cuerpo, de modo que toda la superficie corporal con todas sus terminaciones nerviosas quedara completamente cubierta por la solución salina. Finalmente el Dr. Lilly logró que la flotación permitiera no sólo relajarse, sino activar funciones cerebrales superiores que son las responsables de abrir vías de comunicación entre la mente y el cuerpo.

¿Qué beneficios se obtienen con la flotación?

– El primer beneficio de la flotación consiste en el reajuste del equilibrio bioquímico y metabólico del cuerpo, ocasionados por el estrés, enfermedades o lesiones, debido a que disminuyen la tensión muscular, el ritmo cardíaco, el pulso y el ritmo respiratorio.
– La circulación sanguínea mejora también, provocando una disminución en la producción de hormonas que se relacionan directamente con el estrés, como el cortisol, la adrenalina y el ACTH, así como desechos metabólicos (ácido láctico).
– Hay una mayor liberación de endorfinas, lo que significa un mejor estado de bienestar emocional.
– Favorece la disminución de la fatiga.
– Actúa sobre el control del dolor, agudo o crónico.
– Favorece la recuperación de los trastornos gastrointestinales, cardiovasculares y respiratorios (asma).
– A nivel mental, se tiene una disminución de actividad eléctrica del cerebro favoreciendo que las ondas cerebrales beta (vigilia), pasen a una frecuencia más baja (alfa, o de sueño) e incluso theta (sueño profundo) sin pérdida de conciencia, tal como lo logran los grandes meditadores. Es en este nivel, donde la creatividad y la capacidad de aprendizaje se encuentran en su nivel más alto.
– La disminución de la actividad del sistema nervioso tiene efecto directo en el hipotálamo, que es uno de los centros del control de la bioquímica de emociones y pensamientos del cerebro.

 

En resumen:

– Proporciona un estado muy profundo de relajación física y mental. Esta disminución del estrés fortalece nuestro sistema inmunológico, dando por resultado una mayor calidad de vida.
– Disminuye la tensión muscular, al lograrse un mayor equilibrio de la posición del cuerpo, así como un aumento de la conciencia del esquema corporal y del tono muscular, favoreciendo la oxigenación de todos los tejidos del organismo.
– Disminuye el ritmo cardiaco, el ritmo respiratorio, la tensión arterial y el pulso.
– Reduce la fatiga y los dolores agudos o crónicos.
– Combate el insomnio, la depresión y la ansiedad.
– Acelera la recuperación física y los procesos de rehabilitación.
– Aumenta la concentración, la memoria, el aprendizaje y la creatividad.
– Tonifica la piel y la suaviza debido al efecto de las sales de sulfato de magnesio.
– Una hora de flotación equivale a cuatro horas de sueño.
– Favorece la función óptima de los sentidos, debido a la ausencia de estímulos durante la sesión.
– Disminución importante de ácido láctico y otros desechos metabólicos dañinos en los tejidos y la sangre.
– Disminución de la comprensión en las vértebras, liberando las raíces nerviosas raquídeas.

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